¿Es normal que nuestro amigo de cuatro patas siempre tenga hambre? Esta es una de las preguntas que más le hacen a los especialistas quienes conviven con perros. Es como si el can, a pesar de proporcionarle la cantidad de comida que lleva por su peso, raza y tamaño, no saciara su apetito.
Y la verdad, es que esta situación suele ser agobiante para nosotros. Pero tranquilo, has llegado al lugar ideal. Juntos vamos a resolverlo.
¿Cómo saber si nuestro perro tiene hambre?
Cuando nuestros canes tienen hambre nos envían señales ¿Cómo? Van a su plato y lo lamen aunque esté vacío, se mantienen cerca del lugar donde le preparamos la comida, si estamos comiendo algo se ponen frente a nosotros pidiéndonos. Seguramente hay otras pistas que solo tú conoces, pero aquí te dejamos las más evidentes.
Ahora bien, una cosa es esto y otra que esté pasando hambre. En el caso de esta última lo sabremos si pierde peso. Si sucediera es importante llevarlo con su veterinario para que le realice un chequeo completo, y así estar más tranquilos.
¿Qué es la leptina y cómo afecta al apetito de nuestro can?
Es la hormona encargada de inhibir el apetito. Está presente en los perros, incluso en los humanos.
¿Cuál es su función? Cuando nuestro perro tiene el peso ideal para él ya tiene suficientes reservas de grasas, entonces los adipocitos comienzan a liberar leptina, que viaja por la sangre hasta el cerebro, avisando que el cuerpo ya tiene suficiente energía acumulada, por lo que puede dejar de comer.
El inconveniente es cuando nuestro amigo de cuatro patas padece de sobrepeso, pues aunque libere mucha leptina el cuerpo se vuelve resistente y no entiende que ya tiene suficiente energía. Algo similar ocurre cuando el perro sufre diabetes mellitus. Por tanto, un perro con sobrepeso siempre tendrá hambre.
¿Cómo afecta la polifagia en nuestro perro?
Si percibes que tu can está muy ansioso por la comida o por cualquier otra cosa debes prestar atención. Las perturbaciones de nuestros amigos de cuatro patas deben ser examinadas por especialistas, pues pueden desencadenar otros problemas como ansiedad, estrés u otras afecciones.
Si nuestro perro no sacia su apetito y parece estar hambriento permanentemente se la conoce como polifagia. Esta puede aparecer junto a otros síntomas como la obesidad, aumento o pérdida de peso, polidipsia (aumento de la ingesta de agua), poliuria (aumento de la micción) y la incapacidad de absorber correctamente los nutrientes.
Según los especialistas suele aparecer en el proceso de envejecimiento del perro, ya sea porque comienza a no absorber ciertos nutrientes o porque tome algún medicamento que la provoque. Por otro lado, uno de los síntomas de la diabetes también es el aumento de la ingesta de alimentos. Otras enfermedades como tumores o procesos inflamatorios a nivel gastrointestinal, también producen polifagia.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi perro dejar la obsesión por la comida?
Cuando su veterinario nos haya determinado la causa de la polifagia empezamos a actuar. Si es un problema gastrointestinal, surgido por un cambio en la dieta o el consumo de algún medicamento o se debe a una diabetes, será necesario medicarlo.
Otra causa puede ser por razones comportamentales. Aquí se deberán tomar medidas para ayudar al perro a mejorar su conducta. También podemos cambiar el pienso por otro con un mayor contenido en fibra, optar por una dieta más saciante, racionar su comida en cantidades más pequeñas y dársela varias veces al día. En cualquier caso, preguntarle a su veterinario cuál opción es la mejor para nuestro can.
Eso sí, es muy importante tener una rutina diaria de alimentación, pues según los especialistas si un animal sabe cuándo va a comer y se cumple con sus expectativas, sus niveles de estrés disminuyen considerablemente.